lunes, 8 de abril de 2013

Memoria - La niña del Ciprés


La niña del ciprés

Años van, años vienen y los cambios no se detienen. Parece ayer cuando tenía ocho o nueve años, con la inocencia todavía de un niño, jugaba con uno o dos carritos que los había encontrado en alguna parte. Mis inseparables amigos que en ese entonces eran casi unos bebés, puesto que, a uno de ellos (Lennin) le llevo cuatro años y al otro (Wilder) tres años. Con ellos aprendimos de todo, a jugar al fútbol, a nadar en las pozas de las cuales salíamos más sucios que limpios, a matar a los pobres pajarillos con los jebes y muchas cosas más, propias de la infancia.

Han pasado los años y ellos al igual que yo, hemos dejado atrás la infancia para buscar y forjarse un futuro de bien, un futuro que esperamos sea el mejor, como cada persona busca siempre, sin embargo, es un misterio que solo se descubre viviéndose  A la edad de catorce años dejé de vivir en la casa en donde mis padres habían vivido por veinticuatro largos años. Mi familia y yo dejamos el campo para ir a vivir a otra casa recién construida, en el pequeño pueblo en la cual se puso un negocio, sin embargo, no abandonamos del todo a nuestra antigua y querida casa.

He vuelto varias veces a mi antigua casa para descansar, pero hoy, hoy he vuelto para pensar, pensar en los cambios que se dan a lo largo de los años. Los cambios que he visto son sorprendentes. Cuando vivía allí, en aquella casa que en ese entonces lucía arreglada y con un hermoso jardín, ahora estaba toda desecha y a punto de caer. El ciprés que yo cuidaba de niño con tanto cariño; pues era muy pequeño y débil, es ahora un hermoso árbol alto y frondoso, en cuya sombra estoy meditando. Sigo pensando, pienso en mis dos amigos y en las travesuras que juntos hacíamos en los campos, a los cuales miro con atención. Oh cómo pasan los años, mis dos amigos ya no están, uno de ellos está en Lima y el otro no se aparece porque está -después de haber terminado su secundaria- buscando su futuro en algún lugar. Yo por mi parte, este año termino mi carrera de administración de empresas. Oh cómo pasan los años, sigo pensando a la sombra del ciprés.

Mi mente se remota a mi infancia y otra vez piensa, piensa en todos los años que han pasado, veo como todos crecen, cambian y le van dando un rumbo a su vida. Estaba en ésas cuando de pronto, como para cerrar una tarde estupenda de meditación salió una señorita de la casa del frente y junto a una poza se puso a lavar su ropa. Fue entonces cuando recordé que tiempo atrás esa misma señorita era una niña menor a mi edad en ocho años, era una bebé y yo la veía como tal, ella a medida que tomaba conocimiento me veía como a un joven al cual respetaba, y como repito yo la veía como una bebé o una dulce niña. Transcurridos estos años y al regresar, veo a esa dulce bebé convertida en una linda señorita, ella por su parte ya no me ve como a un joven respetado, sino como a un hombre. Qué linda niña, seguramente ya estará enamorada y yo la sigo viendo mientras lava su ropa y sigo pensando, cómo pasan los años, todos cambian, mejor dicho todo cambia, sigo sentado a la sombra del ciprés, mi corazón palpita como nunca, a unos 100 metros de distancia se enamora de ella, se enamora de la niña que años atrás jugaba conmigo y me llamaba Sholan y que ahora me dice claramente ¡Hola Ronal!...   

Teatro Cristiano - Pedrito, un niño que fue llamado para ser un ángel.


PEDRITO, UN NIÑO QUE FUE LLAMADO PARA SER UN ÁNGEL.

NARRADOR: esta historia narra la historia de un niño llamado Pedrito, un niño de tan solo 7 años y que  pesar de su corta edad era fiel a Dios, aunque sus padres no eran evangélicos él continuaba firme en el camino que había elegido, veamos esta primera escena la cual narra cómo era la vida de Pedrito en su casa.

Escena I

(En el escenario aparece Pedrito buscando su biblia, algunos plumones y útiles para ir a la escuela dominical a realizarse en su iglesia).
PEDRITO: (busca por toda su casa, luego llama a su mamá) Mamá, mamá, ¿no viste dónde puse mi biblia?, no recuerdo dónde haberle puesto, y se me hace tarde para ir a la escuela dominical.
MADRE: (desde afuera), no Pedrito, pero búscale en el cajón de la mesa, puede que yo lo haya puesto allí.
PEDRITO: ok mamá… (Busca en el cajón de la mesa y encuentra su biblia) aquí estaba, ahora me tengo que ir (entra su padre)… hola papá, me puedes llevar a la iglesia.
PADRE: No puedo hijo, es que de acá a una hora me tengo que ir a una importante reunión, además tu sabes hijo que yo n tengo tus creencias, pero tu ve nomás, regresas temprano nomás. (le acaricia de su cabeza).
PEDRITO: Está bien papá… (Se presta a salir con una cara triste)
PADRE: (Al verle así le dice) Pedrito, no te pongas triste hijo, está bien está bien, te llevo en el carro, pero te dejo y regreso a recogerte irá tu mamá ¿está bien?...
PEDRITO: está bien ( se pone contento), mamá ya me voy, vas a recogerme…
MADRE: (desde afuera) ve nomás hijo, yo iré por ti…
PEDRITO: vamos papá… (Salen)…

Escena II

NARRADOR: así pasaba cada domingo en la casa de pedrito, ahora veamos cómo era la vida de pedrito cada domingo en la iglesia.

(En el escenario aparece el maestro(a), dando la bienvenida a los niños que van llegando uno a uno).

MAESTR@: Bienvenidos niños, cómo están hoy…
NIÑOS: (todos juntos) ¡Bendecidos!
MEASTR@: muy bien, ahora vamos a aprender un nuevo coro, pero además hablaremos David y Goliat, pero antes vamos a recordar el tema, el coro y el texto del domingo pasado, a ver quién recuerda el texto… (Todos se miran y nadie parece recordarlo)
PEDRITO: (alza su mano) yo lo recuerdo…
MAESTR@: muy bien Pedrito, tú como siempre no lo olvidas, dinos a todos cual fue el texto.
PEDRITO: El texto fue: (recita un texto cualquiera que se crea conveniente), además el tema fue “La fuente de agua viva” y el coro fue: (cualquier coro).
MAESTR@: muy bien Pedrito, te felicito porque además de no faltar ningún domingo, siempre recuerdas todo lo que hablamos, cómo premio a tu esmero te voy a regalar este hermoso cuaderno con la imagen de Jesús… y para los que estén atentos ahora al final de la clase habrá sorpresas así que atentos… (El maestr@ se dispone a realizar su clase y el telón se va cerrando poco a poco, si fuera factible, se realiza la clase de lo contrario, la escena finaliza aquí).

Escena III

NARRADOR: así pasaba cada domingo la vida de Pedrito en la iglesia, su Maestr@, se había encariñado mucho con Pedrito, que cada domingo esperaba su llegada, pedrito también se había encariñado mucho con su maestr@, que la veía como a su propio herman@. Pero un domingo algo inesperado pasó, veamos que pasa en este conmovedor mundo de Pedrito, un niño, que fue llamado para ser un ángel.

(Se repite el escenario de la escena II, el maestr@, aparece preparándose para dar su clase).

MAESTR@: bienvenidos niños, cómo están hoy.
NIÑOS: (todos juntos) Bendecidos…
MAESTR@: muy bien, como hacemos todos los domingos, vamos a recordar el tema, el texto y el coro que aprendimos e domingo pasado, quién me lo dice… (Todos se miran, nadie lo recuerda y está vez nadie levanta la mano)… Qué pasó niños, nadie lo recuerda. Y Pedrito, no vino hoy, alguien sabe qué pasó con él, nunca falta…
NIÑO 1: no sabemos maestr@, yo le vi el viernes por última vez y me aseguró que vendría.
MAESTR@: algo le habrá pasado… iré a verlo luego de terminar la clase… Vamos a continuar recordando juntos el coro, el texto y el tema del domingo pasado. (Van recordando y mientras eso sucede el telón se va cerrando lentamente).

(Nota: Si hay el tiempo también se realiza la clase completa y se puede también repetir esta escena con la ausencia de pedrito, de lo contrario se sigue normal.)

Escena III

NARRADOR: inmediatamente después de terminar la clase, el maestr@ se dirigía a la casa de Pedrito, para ver el por qué no había ido a clase, pero en el camino tuvo un contratiempo y no pudo ir, sin embargo esa semana lo pasó intranquilo porque presentía que algo malo le sucedía a Pedrito. Espero con ansias el siguiente domingo para verle otra vez en su clase, sin embargo Pedrito tampoco llegó, es entonces cuando el maestr@, después de terminar su clase se dirigió a la casa de Pedrito, pero se encontró con una lamentable noticia que le conmovió en gran manera y estamos seguros que también conmoverá a ustedes. Veamos juntos el desenlace de este de la conmovedora y corta vida de Pedrito, un niño que fue llamado para ser un ángel.

(Aparece en el escenario el maestr@, agitado, simulando haber recorrido un largo camino, llega y toca el timbre, la madre de Pedrito sale y le recibe en la puerta)
MADRE: (Trae puesta una ropa negra, como si estuviera de luto) Buenas tardes, ¿Puedo ayudarle?
MEASTR@: Sí, me dijeron que aquí vive Pedrito Castañeda, y vine a ver como estaba, yo soy su maestr@ de la escuela dominical, y me preocupa que no haya llegado dos domingos seguidos, puesto que él no solía faltar a ninguna de mis clases. Dígame ¿cómo esta, puedo verlo?
MADRE: Por suerte aún puede verlo, (con voz melancólica) mi Pedrito el domingo pasado cayó muy enfermo, y se fue agravando durante esta semana, él preguntó por usted, hasta que tuvo conocimiento, pero usted no llegó…
MAESTR@: (le corta) me está asustando, me quiere decir que ¿Pedrito está en coma?…
MADRE: estuvo hasta anoche, y por ello le digo que mi Pedrito ya no podrá asistir a su clase otra vez… mi Pedrito se fue…
MAESTR@: ¿Cómo?, se fue… a dónde… por favor dígamelo…
MADRE: (Llora) mi Pedrito, ayer a las 10 de la noche, dejó de existir, mi Pedrito se fue, mi Pedrito murió… (Llora amargamente).
MAESTR@: (Queda inmóvil, luego se quiebra, se arrodilla y llora amargamente) no puede ser… Dios yo sé que tú tienes planes para cada uno de nosotros y que no somos nadie para cuestionarte, pero Dios por qué algunos de tus planes nos tienen que causar tanto dolor… Pedrito, hijo mío perdóname por no llegar a verte, sé qué estás en el cielo y que eres un ángel, pero no sabes cómo nos duele tu partida… Dios, padre lindo, envíanos a tu consolador para que alivie en algo nuestro dolor… (Sigue llorando, la madre también, al escuchar eso, el padre sale al escenario desde afuera).
PADRE: (al maestr@) quién es usted…
MADRE: él es el maestr@, que cada domingo le enseñaba a Pedrito en la iglesia.
PADRE: (llorando, pero con cólera) a es usted, ¿Sabe cuántas veces preguntó mi hijo por usted antes de morir, sabe cuántas? Un montón de veces, pero usted no llegó y justo ahora viene cuando él ya está muerto… cuando ya no le puede ver… y dígame también que hizo Dios, para impedir que mi hijo muera… dígame… (Abraza a su esposa y llora).
MAESTR@: perdónenme,  los quehaceres personales, no me permitieron poder a verle antes, pero yo jamás imagine que Pedrito se estaba muriendo y créanme cuando les digo, que nosotros como humanos no podemos cuestionar a Dios, Él es sabio, y sabe lo que hace… Nuestro Dios, lo necesita más en el cielo que nosotros en la tierra, ahora solo hay que tener esperanza de volver a verle algún día… yo estoy seguro de volver a verle… pero debo admitir que me duele tanto como a ustedes su partida… (Sigue llorando).
MADRE: ¿Cómo es que podemos volver a verle? Dígame cómo que yo me quiero quedar con ésa esperanza…
MAESTR@: sólo entreguen su vida a Dios, sírvale de todo corazón y algún día, tarde o temprano volverán abrazar a su hijo.
PADRE: (tranquilo un poco), perdóneme por haberle gritado quizás, pero compréndame, que estoy muy dolido, ahora le invito a pasar, luego hablaremos, puede que visite su iglesia yo también quiero tener la esperanza de volver a ver a mi hijo.
MAESTR@: no se preocupe, déjeme acompañarlos en su dolor... (Los abraza).
PADRE: Pasemos por favor (salen del escenario y el telón se cierra lentamente).

NARRADOR: Dios tiene un plan con cada uno de nosotros y aunque a veces nos es difícil y doloroso entenderlo, hay que pesar siempre que todo tiene un fin. Esto fue lo que sucedió en este drama. Los padres de Pedrito meses después, encontraron el consuelo en Cristo, le entregaron sus vidas y a cada lugar donde iban contaban su testimonio, para gloria y honra de Dios, aguardando siempre la firme esperanza de volver a ver a su amado hijo algún día. Esperamos que el mensaje haya llegado a cada uno de ustedes y que sirva para afirmar las bases de su fe.

---------------------------------------FIN-------------------------------------

Para cerrar el teatro se puede cantar la siguiente canción de los Heraldos de Jesús,  ya sea por el maestr@ o en grupo.
Autor: Ronal Guerrero Olano

Pedrito de fue
Oh, yo les quiero contar,
Una historia que a mí,
Me conmueve hasta el alma.
Oh, yo les quiero contar,
De un niñito feliz,
Que a mi clase llegó.

Cada domingo temprano,
Su rostro sonriente y contento yo vi,
//pero un domingo faltó y al instante pensé,
Yo le iré a visitar//.

Esa semana pasó,
Y en mi afán me ocupé y no pude buscarle,
Yo el domingo esperé,
Para ver otra vez su carita feliz,
Pero, Pedrito faltó a mi clase otra vez y mi
Alma tembló, por eso el lunes temprano
A su casa yo fui y por el pregunté.

Hay que dolor yo sentí, pues su madre
Salió y me dio la noticia, ya mi Pedrito
Ya no, a su clase podrá, otra vez asistir.
Él preguntó por usted y espero hasta el fin,
Pero usted no llegó.
//No, mi Pedrito no está,
Mi Pedrito se fue,
Mi Pedrito murió//. 

Teatro Cristiano - La subasta de un alma


LA SUBASTA DE UN ALMA
PERSONAJES.
-       Jesús
-       Subastador
-       Subastado
-       Vicios
-       Ayudante 
-       Riqueza 
-       El mundo 
-       Satanás

ESCENARIO: En el escenario habrá un púlpito, desde donde el subastador desempeñará su papel, cabe recordar que las vestimentas de los actores acorde a su papel es indispensable, para darle mayor realidad y dinamismo a la obra.

ÚNICA ESCENA

En el escenario aparece solo el púlpito, luego con una música acorde para una subasta sale el subastador, que viene elegantemente vestido. (Una camisa colorida, un chaleco – saco si es posible- , pantalones de vestir, y un sombrero negro, además traerá una varita, que le servirá para la subasta). Es preciso aclarar que el actor debe tener conocimiento de una subasta, para moldear su voz y acciones de acuerdo a su papel.

SUBASTADOR.- Buenas tardes Señoras y Señores, bienvenidos una vez más a una gran subasta. En ocasiones anteriores hemos subastado objetos de gran valor y singularidad, ustedes recordarán que hace algún tiempo subastamos la estatua de la libertad, la costilla de Thalía, la piel morena de Michael Jackson, y hasta los cal… los calzados de Paquita, pero este día queremos subastar algo diferente, algo novedoso, algo que llame la atención, algo que no se había subastado antes… Señoras y Señores el día de hoy queremos subastar “un alma”, ¡sí!, escucharon bien, subastaremos “un alma”. Pero para esto necesitaremos un voluntario que quiera ofrecer su alma, hay algún voluntario entre el público…
PÚBLICO 1.- Yo, yo…
SUBASTADOR.- ¿Usted amigo?, no hombre si Ud. ya está más para la otra que para ésta… mejor vaya reservando su nicho en el cementerio…
PÚBLICO 2.- ¡Yo quiero!
SUBASTADOR.- ¿Usted Señorita?, usted está demasiado linda como para vender su alma, aquí no existirá un postor para usted… ¿quién más?
PÚBLICO 3.- Yo quiero subastar mi alma.
SUBASTADOR.- Amiga, ¿que no se ha visto en un espejo?, usted lo que necesita es una cirugía plástica.
SUBASTADO.- ¡Yo!
SUBASTADOR.- ¿Usted amigo?, haber póngase de pie… dé una vueltecita, ¡mmhh! creo que no está mal, haber pásele por acá. (El subastado sube al escenario) ¿Cuál es su nombre?
SUBASTADO.- Mi nombre es Juan.
SUBASTADOR.- Muy bien Juan, háblenos un poco de usted para que la gente aquí presente pueda conocerlo y ofrecer algo por su alma.
SUBASTADO.- Bueno, pues tengo 20 años, soy soltero, no tengo novia y actualmente estoy trabajando en una fábrica como cargador, estudié solo la escuela primaria y no seguí estudiando por problemas económicos. Soy un chavo alegre, me gustan las fiestas, el relajo, me gusta el cine, y… en cuestiones espirituales… voy a misa nada más cuando tengo ganas.
SUBASTADOR.- Muy bien Señoras y Señores hemos escuchado a Juan, ahora comenzaremos con nuestra subasta. Abriremos con mil nuevos soles, ¿Quién ofrece mil nuevos soles?
PÚBLICO 4.- ¡Yo ofrezco mil!
SUBASTADOR.- Por allá ofrecieron mil soles, ¿Quién ofrece más?...
PÚBLICO 5.- ¡Yo ofrezco mil quinientos!
SUBASTADOr.- Mil quinientos soles por allá, ¿Quién ofrece más?
PÚBLICO 6.- ¡Ofrezco tres mil soles!
SUBASTADOR.- ¡Tres mil soles!, ¡Qué valiente!, ¿Alguien que ofrezca más de tres mil soles?...Tres mil soles a la una…tres mil soles a las dos…
PÚBLICO 7.- ¡Ofrezco siete mil quinientos soles!
SUBASTADOR.- ¿Siete mil quinientos pesos?, Señoras y Señores esto es extraordinario, ¿Alguien ofrece más que esto?...Siete mil quinientos soles a la una…Siete mil quinientos soles a las dos…Siete mil quinientos soles a las…
VICIOS.- ¡Yo! (Con un grito fuerte aparece atrás del público con una máscara y una túnica negra, camina hacia el escenario con una música de fondo que puede ser rock pesado… una vez arriba…)
SUBASTADOR.- ¿Pero quién es usted?
VICIOS.- ¡Yo soy los vicios!
SUBASTADOR.- (un poco temeroso) Y… usted ¿quiere ofrecer algo por el alma de este hombre?
VICIOS.- ¡Así es!
SUBASTADOR.- Bueno pues, ofrézcale haber si lo convence. (El subastador se esconde atrás del escenario, o sólo se baja mientras Vicios hace su parte).
VICIOS.- (Dirigiéndose al subastado) Mira… (Truena los dedos y entra una chica vestida muy sexy, con una minifalda y el cabello alborotado, trae en sus manos una charola surtida con varios tipos de droga) yo te ofrezco el thiner (toma una botella), huele, ¿no es maravilloso?, con esto te sentirás volar y sin avión, también traigo esto (toma una bolsa con PBC y se la da, el subastado empieza a inhalar), ¿Qué te parece?, con esto se te olvidarán todas tus penas, de ahora en adelante ya no tendrás preocupaciones, ah mira con esta hierba verde (toma un cigarro de marihuana) te sentirás relajado, ¡fuera el estrés!. Yo te puedo ofrecer todo tipo de drogas, desde las más suaves como éstas, hasta las más fuertes y mejores como la cocaína, el crack, el éxtasis, heroína (Muestra una por una las drogas) y todas aquellas de gran calidad, ¡te sentirás muy bien, serás como Súper man! ¿Qué dices?, ¿te interesa mi propuesta? (Aparece el subastador).
SUBASTADO.- ¡Si, si! (Dirigiéndose al subastador), me quedo con lo que él me ofrece.
SUBASTADOR.- ¿Está usted seguro?
SUBASTADO.- ¡Claro que sí!, con lo que él me ofrece voy a sentirme bien por toda la vida, ¿no lo oíste? Dijo que iba a volar y sin avión.
SUBASTADOR.- Bueno, pero a mí, por mi trabajo, me corresponde la chica y a ti lo demás. Ahora para no romper el protocolo debemos preguntar si alguien ofrece más. (Se dirige al público) ¿Alguien puede ofrecer más que el señor Vicios? ¿Nadie? Entonces, vendido a la una… vendido a las dos…y vendido a las…
RIQUEZA.- ¡Yo! (Aparece atrás del público una chica vestida muy sexy con una bolsa llena de dinero, se dirige hacia el escenario-con un paso sexy- arrojando billetes al público mientras se escucha su respectiva música de fondo, que puede ser tipo “Dance”… una vez arriba Vicios ya debe estar parado detrás de ellos junto con su ayudante…)
SUBASTADOR.- (Mientras riqueza viene, se dirige a vicios) lo siento por ti hombre, y por mí también me quede con ganas, pero hay alguien que quiere dar más. (Una vez riqueza arriba, se dirige a ella) ¿Y usted quién es?
RIQUEZA.- ¡Yo soy la riqueza! (Su diálogo es con tonos de soberbio, sensualidad y prepotencia).
SUBASTADOR.- Y, ¿usted cree que puede mejorar la oferta de el Señor Vicios?
RIQUEZA.- ¡Pero por supuesto!
SUBASTADOR.- Muy bien, adelante, ofrézcale. (El subastador vuelve a desaparecer del escenario).
RIQUEZA.- (Dirigiéndose al subastado) Eres un estúpido, ¿con qué crees que vas a comprar todas esas drogas si no tienes dinero?, ¡Ja, no tienes ni en qué caerte muerto! Yo puedo ofrecerte todo el dinero que tú quieras (Saca de su bolsa algunas fajillas de billetes y se los da), con él podrás comprar todo lo que tú quieras, drogas, autos, yates, ropa de marca. Dime (lo mira de arriba abajo), ¿de qué marca son los pantalones que traes?, ¿son marca “patito”?, mira, con ese dinero puedes comprarte unos Norton y no traer unos tan corrientes como esos. Tú sabes que el dinero es importante, porque con dinero baila el mono, y sin dinero ¡todos bailan como monos! Todos quieren tenerme y asociarse conmigo. Así que, (Se acerca al subastado) ¿Cómo vez mi propuesta? (Aparece el subastador nuevamente).
SUBASTADO.- Por supuesto que sí, (se dirige al subastador) me quedo con ella, está muy bien.
SUBASTADOR.- ¡Está muy bien la oferta! Porque con la chica me quedo yo, veamos si alguien tiene alguna mejor oferta (se dirige al público) ¿alguien ofrece más que la Riqueza?, ¿Nadie? Entonces vendido a la una, vendido a las dos y vendido a las tre…
EL MUNDO.- ¡Yo ofrezco más! (Aparece un hombre vestido con un traje muy elegante, sombrero y bastón en la mano, camina elegantemente hasta el escenario mientras se escucha la música de fondo que puede ser tipo música clásica o algo así… una vez arriba la riqueza ya debe estar parada junto a Vicios.)
SUBASTADOR.- (Mientras riqueza, sale al escenario) ¡Qué mala suerte, otra vez se me fue de las manos!  ¿Con quién tenemos el gusto?
EL MUNDO.- ¡Yo soy el mundo! (Su dialogo es con finura y elegancia).
SUBASTADOR.- Y usted, ¿cree que puede mejorar la oferta de la riqueza?
EL MUNDO.- ¡Por supuesto que sí!
SUBASTADOR.- Adelante hágale su propuesta. (El subastador desaparece una vez más).
EL MUNDO.- Mira, lo que yo te vengo a ofrecer es todo lo que existe en el mundo, te ofrezco poder, con el poder podrás tener todo lo que tú quieras, vicios, dinero, joyas. ¿Quieres una isla?, ¡yo te la doy!, ¿quieres un barco?, ¡conmigo lo puedes tener!, puedo darte el poder para gobernar a toda una nación, o el poder para hacer la guerra a quien tú quieras, a quien estorbe a tus intereses. Pero (se acerca y lo ve a la cara) veo la lujuria en tus ojos, ¡aja! ¿Quieres mujeres?, yo te puedo dar las que tú quieras (dirigiéndose al público) ¿quieres a esa del vestido rojo?, o ¿a la de la minifalda negra?, o tal vez prefieras a la que se está riendo por allá atrás (se dirige nuevamente al subastado) acaso ¿quieres americanas?, ¿morenas?, ¿japonesas?, ¿europeas?...pide la que tú quieras y yo te lo daré… (Aparece el subastador nuevamente).
SUBASTADOR.- (Dirigiéndose al subastado) ¿Qué piensas? ¿Qué oferta te parece mejor?, personalmente prefiero las anteriores… porque ahora no me vas a poder pagar!!! A menos que el señor mundo me deje como pago a las 2 chicas, como él puede dar todo, no creo que haya problema.
SUBASTADO.- No ni hablar, me quedo con este señor, el me ofrece lo que vicios y riqueza juntos y todavía más, ¡no, ya ni que pensarle, me voy con él!
SUBASTADOR.- Me parece muy buena elección pero aun así debemos preguntar si en el público hay alguien que pueda ofrecer más, (volteándose despacio hacia el público y riéndose sarcásticamente) aunque en realidad no creo que haya nadie que pueda superar esta oferta. ¿Alguien puede ofrecer más de lo que ofrece el mundo?... ¿Nadie? Entonces vendido a la una… vendido a las dos y vendido a las…
SATANÁS.- ¡Yo! (Se escucha un gran estruendo seguido de una carcajada, y aparece Satanás vestido todo de negro, con cuernos y la cara pintada de rojo, camina despacio hacia el escenario mientras va riéndose y asustando a todo el público. Una vez estando arriba el mundo ya está parado junto a los otros dos).
SUBASTADOR.- (Temblando y un poco alejado pregunta) ¿Y u…u…usted q…quien…quién es?
SATANÁS.- ¡Soy Satanás! (Cuando dice esto lo dice con fuerza tratando de infundir temor, da unos pasos hacia el subastador y éste retrocede también algunos pasos asustado).
SUBASTADOR.- Y…y usted ¿p…p…puede ofrecer algo más?
SATANÁS.- ¡Claro que sí! (lo vuelve a asustar)
SUBASTADOR.- B…b…bien ofrézcale. (Sale corriendo del escenario mientras Satanás se carcajea).
SATANÁS.- ¡Ja, ja, ja, ja, ja!, así que ¿estos trataban de convencerte no?
SUBASTADO.- A… así es señor (un poco temeroso)
SATANÁS.- ¡Ja, ja, ja, ja, ja!, mira (voltea hacia atrás y truena los dedos, vicios, la ayudante, la riqueza y el mundo dan unos pasos hacia adelante para después caer de rodillas postrados ante Satanás), ellos son mis sirvientes, en una palabra yo puedo ofrecerte todo lo que ellos te ofrecieron y mucho mas, puedo darte la libertad de hacer lo que tú quieras, no obedecerás ni seguirás a nadie, puedes tener sexo con quien tú quieras, tendrás a todo el mundo comiendo de tu mano, ¡conmigo serás libre!, ¡libre! ¿Qué te parece? ¡Yo soy la mejor opción!, ¿hacemos este trato?, te aseguro que no te arrepentirás.
SUBASTADO.- ¿De veras me ofreces todo eso por mi alma?
SATANÁS.- ¿Acaso dudas?, te ofrezco todo eso y mucho más, te ofrezco darte todo lo que siempre has soñado tener, y aún lo que ni siquiera has imaginado.
SUBASTADO.- ¡Mmhh!... (Lo piensa por unos instantes) ¡Me convenciste!, acepto el trato.
SATANÁS.- ¡Muy bien!, veo que sabes hacer negocios. Venga esa mano, socio. (Satanás estrecha la mano del subastado y le indica a la ayudante de vicios que le acerque la charola con las drogas. En este momento los demás personajes siguen postrados con la cara hacia el piso).
SATANÁS.- Anda toma y prueba esto para empezar. (Satanás le da un poco de algunas drogas, el subastado comienza a probar de varias mientras Satanás lo observa. Después de unos segundos cae inconsciente. Satanás suelta una gran carcajada y…).  ¡Eres un necio! (voltea hacia el público) ¿Qué no han entendido todavía? ¿Qué no saben que yo soy el padre de la mentira? Yo les ofrezco la vida, la libertad, el tener y poseer todo lo que quieran, pero una vez que me han aceptado los hago mis esclavos, ya no son ustedes mismos porque ya no tienen voluntad, yo soy el que los controlo, ¡ustedes son mis títeres!, ja, ja, ja, ja ,ja. (Mientras Satanás se carcajea empieza a escucharse una música celestial).
SATANÁS.- ¿Qué?, que es eso (voltea hacia atrás del público y grita), ¿Tú?, ¿qué haces aquí?, ¡No! ¡Vete! Siempre me hechas a perder mis planes, ¡Lárgate de aquí! ¡Vete! ¡Vete!... (Satanás junto con sus secuaces salen del escenario corriendo y gritando, mientras Jesús entra caminando despacio con una túnica blanca y la cabeza cubierta).
SUBASTADO.- (abre los ojos y todavía turbado) ¿Quién eres tú?
JESÚS.- (Se pone de pie y se dirige al público) Yo soy el camino, y la verdad y la vida, el cree en mi tiene la vida eterna.
SUBASTADO.- ¡Señor, eres tú!, (se arrodilla y con la cabeza agachada comienza a llorar) ¡perdóname!, ¡Perdóname Señor!
JESÚS.- Levántate (lo toma de la mano y lo ayuda a levantarse), ¿por qué buscas olvidarte de tus problemas en los vicios?, el verdadero hombre llega a serlo en la medida en que se enfrenta a sus problemas. Ni la riqueza, ni el poder, te pueden dar la felicidad, las cosas materiales son pasajeras y el día de tu final nada de eso te llevarás, en cambio, es más grande el tesoro que tienes dentro de ti, te he colmado de dones. Habilidades que sólo tu posees, cuando llegues a compartir todo, eso te aseguro que la satisfacción y la felicidad que llegarás a sentir serán incomparables. El demonio te envuelve con fantasías, con falsas promesas, y al final tú eres el que pierde, porque él te despoja de todo lo bueno que hay en ti. Vamos, yo ya pagué por tus pecados, ya pagué por tu felicidad, a ti sólo te toca ser feliz. ¡Yo prometo acompañarte siempre! (Jesús abraza al subastado y salen caminando despacio por el mismo lugar por donde Jesús entró).

FIN

* algunas partes han sido modificadas por el titular del blog.